¿Cuál es tu escritor favorito?

[Nickonero]

Patrick Rothfuss. Odiadme, pero es que pasé una época mala en mi vida, y llegó este señor y me hizo sonreír. Conoce esa magia en las palabras, y sabe utilizarla.

[RequenaMenendez]

Buf... No podría decidirme, ahora mismo. Las novelas que he leído de García Márquez, Joël Dicker, Albert Espinosa o Stephen King me han gustado mucho, pero no sabría decantarme por alguno de ellos.

[Odradek]

Samuel Beckett


Para quien ha leído mucho y en muchos estilos variados, en diversidad de materias y géneros, puede resultar difícil decir con seguridad que hay un único autor al que poder asignar el primer lugar en la lista de favoritos. Primer lugar, ¿en qué? No basta quizá con ser el más leído, ni con ser el más releído, ni aquél que es autor de nuestra obra favorita, pues puede ser superado por otro que tenga otras obras que en conjunto superen una única del otro autor. Teniendo en cuenta que la personalidad humana es múltiple y contradictoria, que somos un desbarajuste de sentimientos e intereses contradictorios y complementarios, un mar de confusión, de cansancios, de dudas y de búsqueda insaciable de una poética imposible de alcanzar, que todos los escritores son un fracaso y una decepción frente a la exigencia del lector incansable y siempre insatisfecho.  Teniendo en cuenta todo esto, que es absolutamente imposible en algunos momentos decidirse por un escritor concreto para distinguirlo como favorito yo, sin embargo, no tengo ninguna duda en cuanto a ese autor favorito, no se me ocurriría pensar en otro para ocupar ese lugar, ¿por qué? Imposible decirlo. Hay una afinidad muy íntima entre su expresión literaria y mi forma de sentir la realidad. Desde la primera vez que leí algo sobre él (alguna referencia en un libro sobre corrientes literarias), ya comprendí que era un escritor que tenía que leer inevitablemente.
                Lo primero que leí de él fue su obra más conocida, Esperando a Godot, que no es para mí, ni creo que para la mayoría de sus lectores más devotos, su mejor obra, no al menos la mejor en cuanto a expresión literaria, aunque sí muy característica de él y su mundo. Infinidad de interpretaciones, como Kafka, siguen suscitando sus textos inclasificables, infinidad de impresiones contradictorias a la hora de dar un significado claro a sus historias. Pero no creo que haya que buscar tal significado, sólo hay que leer, con total atención. Leí Esperando a Godot en una fecha que ahora me parece incomprensiblemente tardía teniendo en cuenta lo que este autor significa para mí: 1995, con 22 años (lo sé con certeza porque anoto en un cuaderno los libros que leo cada año, y ese libro está en el número 34 de una lista de 57 libros leídos en ese año, por lo tanto, supongo que debí leerlo antes de cumplir los 23 años, el 22 de noviembre). Desde entonces no he dejado de leer y releer sus libros, cada año, una y otra vez, en todas las traducciones que he encontrado y que aún se siguen haciendo y sigo coleccionando. 
                Como la información sobre sus obras la puede encontrar quien quiera fácilmente, voy a hablar sólo de mi propia experiencia como lector y mis recomendaciones personales para leer a este autor, poeta inclasificable, absoluto maestro del lenguaje, de la depuración de la expresión, el autor que en mi opinión mejor ha reconciliado el humor (yo me río bastante con algunas de las frases y situaciones de sus relatos, con una risa absolutamente emocionada y reverencial) con la poesía más arrebatadora.
                Creía que podría decir algo más interesante sobre él, de tanto que lo admiro, pero quizá por eso mismo no puedo, no consigo decir en qué consiste la extraordinaria belleza de sus relatos, ni quiero intentarlo demasiado porque sé que no tengo ese don. Son infinidad los pasajes, frases y momentos que recuerdo de todas las lecturas y relecturas de sus obras, de sus novelas, relatos, obras de teatro, monólogos, poemas, etc. Es difícil dar una idea clara de su obra, la mayoría de los comentarios, críticas, prólogos y monografías sobre sus obras para mí se quedan cortas o no aciertan en lo esencial. Supongo que es algo que ocurre con cualquier autor al que veneramos tanto, que tan poco nos sirven las explicaciones analíticas de los expertos como los sencillos comentarios de los lectores que no lo valoran en una medida sin medida. Me rindo ante la imposibilidad, pues si fuera posible explicarlo completamente de forma clara seguiría faltando lo esencial, que es el impacto en el lector, absolutamente contundente para mí. El uso de la lógica en un contexto ilógico y demencial, la parodia en su faceta más elevada, la irreverencia y la ternura metafísica con unos personajes sublimes que, “por el hecho mismo de negarse a actuar alcanzan lo verdadero, lo esencial”, en palabras de Cioran, que lo conoció personalmente, son algunos de sus elementos recurrentes, pero no dan idea del efecto del conjunto ni del inexplicable encantamiento que se desprende de sus textos.
                Para acabar, quiero recomendar algunas de sus obras que me parecen más accesibles y que también son de las más admiradas por mí. Para empezar, o para quien no lo conozca y quiera leer algo suyo simplemente para tener una idea de su obra, recomiendo cuatro relatos cortos de su época intermedia (se suelen distinguir tres etapas, la inicial bajo el influjo de James Joyce, la intermedia, ya en su madurez, y la última, más abstrusa, más depurada y críptica): Primer amor, El expulsado, El calmante, El final, todos ellos de 1945. También otro relato: Basta, un poco posterior (1966). Luego está la novela Molloy, una de mis novelas favoritas (aunque mi novela favorita es La montaña mágica, de Thomas Mann) por el encanto de su estilo narrativo. También Compañía, además del resto de la trilogía iniciada con Molloy: Malone muere y El innombrable. Obras posteriores: Rumbo a peor, A vueltas quietas; la novela Watt, de 1945; también, la obra de teatro Fin de partida…
                Esos cuatro relatos de 1945 son un buen punto de partida, las primeras obras aún están demasiado influenciadas por Joyce, demasiado artificiosas y amaneradas, pretenciosas y vacías (y digo esto ingratamente como blasfemia imperdonable contra mi reverenciado autor favorito), pero sólo la primera novela es para mí demasiado artificiosa y vacía (Sueño con mujeres que ni fu ni fa), luego en Belacqua en Dublín ya empieza a distanciarse de Joyce y seguir un camino propio, contrario al inicial. Por su parte, las últimas obras son mucho más abstractas y abstrusas, más extrañas en el lenguaje y el significado, aunque Rumbo a peor es un poema en prosa deslumbrante. A mitad de camino está Cómo es, una obra extraña aunque para mí lograda, sin ser de las mejores.
                Un buen libro para empezar a leer a Beckett: Relatos, en la editorial Tusquets, en ese libro están esos cuatro relatos que recomiendo, y el resto de sus obras breves que se pueden considerar de alguna manera relatos (como se pueden considerar novelas sus novelas). Otros relatos: El despoblador, Sin, Mal visto mal dicho, Textos para nada…
                De mi única visita a París, el momento más emocionado fue ante su tumba en el cementerio de Montparnasse para dejar una rosa como muestra de infinito agradecimiento por sus textos:
 
                Vivíamos de flores. Eso en cuanto al sustento. Se paraba y sin necesidad de inclinarse cogía un puñado de corolas. Luego volvía a ponerse en marcha masticando. En general ejercían una acción calmante. Estábamos totalmente calmados en general. Cada vez más. Todo lo estaba. Este concepto de calma me viene de él. Sin él yo no lo tendría. Voy ahora a borrarlo todo menos las flores. No más lluvias. No más pezones. Nada sino nosotros dos arrastrándonos por las flores. Bastante mis viejos senos sienten su vieja mano.
 
                Samuel Beckett - Basta.

[Javico]

John Keats y César Vallejo

Dos poetas que releo con cierta regularidad.

[Tente]

Julio Cortázar.

[Lázara]

Lázara Blázquez Noeno.
Escribe justo los libros que querría yo escribir, los libros que quiero leer...

[Eladio]

Guy de Maupassant

[HacheBlanca]

Virginia Woolf.

[Msol]

Qué horror, me resulta imposible elegir, no sé, va por rachas vitales...

Últimamente, en narrativa, creo que me decanto por la magia de Gabriel García Márquéz, la emoción de Isabel Allende (del otro lado del Atlántico) y la sencillez de Miguel Delibes (de esta orilla). Pero en dos meses puedo cambiar de opinión.

En lírica soy aún más clásica y me quedo con Aleixandre, Lorca, Neruda y José Hierro.

Para el teatro me echo a llorar si he de citar solo a uno: Alejandro Casona, Antonio Buero, Darío Fo...

No sirvo para elegir un autor, lo siento :(

[Lázara]

(16-01-2019, 11:04 PM)Msol escribió: Qué horror, me resulta imposible elegir, no sé, va por rachas vitales...

Últimamente, en narrativa,  creo que me decanto por la magia de Gabriel García Márquéz, la emoción de Isabel Allende (del otro lado del Atlántico) y la sencillez de Miguel Delibes (de esta orilla). Pero en dos meses puedo cambiar de opinión.

En lírica soy aún más clásica y me quedo con Aleixandre, Lorca, Neruda y José Hierro.

Para el teatro me echo a llorar si he de citar solo a uno: Alejandro Casona, Antonio Buero, Darío Fo...

No sirvo para elegir un autor, lo siento :(

Me parece bien, pero me resulta algo obtuso que pongas a García Márquez y a Isabel Allende al mismo nivel...

Es como si me dijeras, no sé, que te decantas por... Johann Sebastian Bach y Luis Cobos.