Esta misma mañana he terminado de leer este libro que comencé hace un año. Sí, señores míos, un año.
El motivo de mi tardanza podría decirse que es lo insoportable que me ha parecido, siendo la primera vez que un libro me supera.
Me explico y hago la reseña:
La temática del libro es la Revolución Rusa y asesinato de los zares de Rusia (ya sabéis, la famosa historia de Anastasia Romanov y su familia). Es un tema que a mí me apasiona desde siempre y en el que estoy puestísimo, así que tenía muchas expectativas e ilusiones con el libro. Además, justo antes leí El Testigo Invisible de Carmen Posadas, el cual me encantó y está entre mis obras preferidas, lo cual supongo que también influyó. Por último, John Boyne también es autor de El Niño del Pijama de Rayas, que si que me parece un buen libro.
A partir de ahora vienen spoilers:
El protagonista es un campesino medio analfabeto que vive en una aldea perdida del mundo. Por casualidad, un pariente de Nicolás II y sus tropas pasan por allí de camino al frente y nuestro campesino, Georgi, lo salva cuando tratan de asesinarlo. Por ello le dan un puesto en la Guardia Imperial y lo mandan a San Petesburgo.
Hasta aquí todo normal. Entonces empieza a desvariar la cosa.
El protagonista llega a palacio y es recibido por el zar como si fuera su mejor amigo. Además, el muchacho se queja de que la zarina ni lo mira ni le habla y, también, de tener que llamar señor al príncipe, que es un niño. Así dicho me suena comprensible hasta a mí, pero dentro del contexto no pega nada. Así, el protagonista me ha acabado pareciendo pedante y pretencioso, como si creyese él ser el zar.
La historia sigue contándonos lo amiguísimo que se hace de las cuatro hijas de Nicolás II y su romance con Anastasia. Se interrumpe este idilio para mostrarnos como despacha a su hermana, que viene a buscar trabajo para estar con él y huir de la miseria del campo. Georgi también resulta estar metido en el asesinato de Rasputín y es uno de los tres desconocidos que arrojaron su cuerpo al Neva. El zar se lo lleva, como no, para que sea testigo de su abdicación y luego... Luego llegamos al clímax.
Georgi hace un viaje de 18 meses en el que cruza media rusa para llegar hasta Ekaterimburgo. Todo por su amada Anastasia, que se salva de la matanza en esta historia y huye con él de Rusia. Por eso, de forma intermitente, se nos cuenta la vida a lo largo de los años de un matrimonio exiliado en Inglaterra. Son Georgi y Anastasia.
Supongo que el hecho de que la historia se me halla hecho tan pesada sea el ego del protagonista, un Marty Stu de la vida. Por eso tuve que pausar mi lectura hace un año, tras dos días leyendo, y retomarla ayer para terminar hoy. La otra pega que le pongo es que Anastasia se salve, pues es obvio y confirmado que murió, aunque me ha gustado la parte en la que se narra como llegan a París y se casan. Porque, en sí, el libro está bien escrito y supongo que el autor habrá hecho sus investigaciones. Pero yo lo sigo comparando con el de Carmen Posadas, en el que la vida del protagonista se mezcla perfectamente con los hechos reales, contando además con unos secundarios (tanto históricos como ficticios) muy creíbles e interesantes, algo que he echado de menos en La Casa del Propósito Especial (y eso que los dos están narrados en primera persona).
Conclusión: Una persona que no sea tan tiquismiquis (o tocapelotas) como yo lo podrá disfrutar. No es un mal libro, pero no me gusta nada.
Estos dos libros son un claro ejemplo de "no importa la historia sino como la cuentas". Pues, al fin de cuentas, pasa lo mismo en ambos.
El motivo de mi tardanza podría decirse que es lo insoportable que me ha parecido, siendo la primera vez que un libro me supera.
Me explico y hago la reseña:
La temática del libro es la Revolución Rusa y asesinato de los zares de Rusia (ya sabéis, la famosa historia de Anastasia Romanov y su familia). Es un tema que a mí me apasiona desde siempre y en el que estoy puestísimo, así que tenía muchas expectativas e ilusiones con el libro. Además, justo antes leí El Testigo Invisible de Carmen Posadas, el cual me encantó y está entre mis obras preferidas, lo cual supongo que también influyó. Por último, John Boyne también es autor de El Niño del Pijama de Rayas, que si que me parece un buen libro.
A partir de ahora vienen spoilers:
El protagonista es un campesino medio analfabeto que vive en una aldea perdida del mundo. Por casualidad, un pariente de Nicolás II y sus tropas pasan por allí de camino al frente y nuestro campesino, Georgi, lo salva cuando tratan de asesinarlo. Por ello le dan un puesto en la Guardia Imperial y lo mandan a San Petesburgo.
Hasta aquí todo normal. Entonces empieza a desvariar la cosa.
El protagonista llega a palacio y es recibido por el zar como si fuera su mejor amigo. Además, el muchacho se queja de que la zarina ni lo mira ni le habla y, también, de tener que llamar señor al príncipe, que es un niño. Así dicho me suena comprensible hasta a mí, pero dentro del contexto no pega nada. Así, el protagonista me ha acabado pareciendo pedante y pretencioso, como si creyese él ser el zar.
La historia sigue contándonos lo amiguísimo que se hace de las cuatro hijas de Nicolás II y su romance con Anastasia. Se interrumpe este idilio para mostrarnos como despacha a su hermana, que viene a buscar trabajo para estar con él y huir de la miseria del campo. Georgi también resulta estar metido en el asesinato de Rasputín y es uno de los tres desconocidos que arrojaron su cuerpo al Neva. El zar se lo lleva, como no, para que sea testigo de su abdicación y luego... Luego llegamos al clímax.
Georgi hace un viaje de 18 meses en el que cruza media rusa para llegar hasta Ekaterimburgo. Todo por su amada Anastasia, que se salva de la matanza en esta historia y huye con él de Rusia. Por eso, de forma intermitente, se nos cuenta la vida a lo largo de los años de un matrimonio exiliado en Inglaterra. Son Georgi y Anastasia.
Supongo que el hecho de que la historia se me halla hecho tan pesada sea el ego del protagonista, un Marty Stu de la vida. Por eso tuve que pausar mi lectura hace un año, tras dos días leyendo, y retomarla ayer para terminar hoy. La otra pega que le pongo es que Anastasia se salve, pues es obvio y confirmado que murió, aunque me ha gustado la parte en la que se narra como llegan a París y se casan. Porque, en sí, el libro está bien escrito y supongo que el autor habrá hecho sus investigaciones. Pero yo lo sigo comparando con el de Carmen Posadas, en el que la vida del protagonista se mezcla perfectamente con los hechos reales, contando además con unos secundarios (tanto históricos como ficticios) muy creíbles e interesantes, algo que he echado de menos en La Casa del Propósito Especial (y eso que los dos están narrados en primera persona).
Conclusión: Una persona que no sea tan tiquismiquis (o tocapelotas) como yo lo podrá disfrutar. No es un mal libro, pero no me gusta nada.
Estos dos libros son un claro ejemplo de "no importa la historia sino como la cuentas". Pues, al fin de cuentas, pasa lo mismo en ambos.